CAPITULO 9.-
C.- LA EVALUACIÓN DEL ALUMNO.-


Cuando se haya logrado despertar de tal forma el interés del alumno que se ocupe de lleno en actividades que tengan algún propósito, éste examinará constantemente su trabajo para descubrir si esas actividades tienden al logro de tal propósito. La expresión de tales juicios es en sí una parte importante del proceso educativo y debe, por ese mismo motivo, ser objeto de la constante atención del maestro. en esa forma, el alumno se ocupará durante su vida en formar juicios críticos acerca de sus actividades. Ocuparse en hacer eso bajo la sabia dirección del maestro, es, sin lugar a dudas, de primaria importancia. En efecto, averiguar hasta qué grado ha aprendido el alumno a formular sus juicios y a modificar su conducta es, en verdad, la verdadera prueba de la enseñanza.