CAPITULO 9.-
B.- LA EVALUACIÓN HA DE SER CONTINUA.-


Considerada desde este punto de vista, la evaluación de los resultados de la enseñanza no se limita a un examen o prueba al fin de la semana, o del mes, o del año, para averiguar cuanto pueden recordar los alumnos de lo estudiado en clase, sino que es incontinuo proceso en el que participan el maestro y el alumno, e incluye los períodos cuando se da especial atención y énfasis a la evaluación de determinada división o totalidad del curso estudiado.

Al fin de una serie de lecciones sobre el mismo tema general, se debe brindar la oportunidad de hacer un repaso de lo estudiado. De esta forma, es posible establecer importantes relaciones que de otra manera sería imposible establecer. Sin embargo, conviene tener presente que cada lección contiene sus propias verdades, y que por lo mismo deben contemplarse en perspectiva al final de la lección.

Es claro que no se las podrá contemplar de antemano en su integridad y unidad. Repasar una lección para contemplarla en perspectiva es muy diferente de repasarla para conocer hasta qué grado la han comprendido los alumnos o para someter a prueba sus conocimientos, o para repetirla, a fin de fijarla bien en la memoria.

Sin embargo, como el maestro y el alumno se ocupan en una misma serie de actividades, la perspectiva varía constantemente de lo que se sigue que no tienen que esperar a que se presente un momento favorable para evaluar el trabajo realizado.